En el mes de mayo el pueblo de Dios manifiesta con particular intensidad su amor y devoción a la Virgen María. Pero para los argentinos, el día 8 de mayo es especial porque es la fiesta de Nuestra Patrona, la Virgen de Luján.
Cuenta la tradición que en 1630 una imagen de la Purísima Concepción junto con otra de la Maternidad de María eran llevada desde Buenos Aires hacia Sumampa, Santiago del Estero, por encargo de un viajero portugués. Pero al pasar junto al Río Luján la carreta se detuvo inexplicablemente. Cuenta la historia que a pesar de los intentos por moverla, esta no avanzaba, entonces decidieron bajar la caja que contenía la imagen de la maternidad, pero la carreta seguìa sin moverse. Volvieron a cargar la caja y bajaron la de la Virgen de Luján y asì, la carreta, arrancó.
Este hecho fue tomado como señal de que la Virgen quiso quedarse milagrosamente en aquel lugar con los pobladores de la zona. Es así que se creó una iglesia para venerarla y casi cien años después, el primer santuario.
La conmemoramos el 8 de mayo, ya que el 8 de mayo de 1887 el Papa León XXVII celebró la coronación canónica de la imagen.
En torno a esta fecha, el Papa ha manifestado su cercanía a la Virgen con una carta dirigida al Arzobispo de Mercedes Luján, Mons. Jorge Scheinig. Mi corazon “viaja” a Luján, dice Francisco. Además asegura que rezará “junto al santo pueblo fiel de Dios”, como “peregrino espiritual y virtual”.
Además en la misiva manifestó su deseo de estar cerca en la tradición de este día:
“Le cambiaremos el manto todos juntos, le diremos nuestras preocupaciones y nuestras alegrías, le pediré que nos cuide y -porque soy pecador- le pediré que nos dé la gracia de pedir siempre perdón”.
Particularmente, este año, ante la pandemia de coronavirus, la Conferencia Episcopal Argentina anunció una “Novena y Jornada de oración y solidaridad” junto a la Patrona del país, para orar por la sociedad. Además de la novena que inició el pasado 29 de abril y concluyó el 7, el mismo día 8, se celebrará la Jornada de Oración y Solidaridad.
Hoy la mirada de la Virgen de Luján es amparo y consuelo para miles de Argentinos que en tiempos difíciles buscan su protección y amor; y quienes bajo su manto reciben la calidez y ternura que solo una madre puede dar.
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